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ASAPAR - Vivir con artritis


Cuidado de las articulaciones
Calzado y ropa
Sé amigo/a de tu cuerpo
Ejemplos de ayudas para la vida diaria
Controlando su dolor
Decálogo para pacientes reumáticos en verano

Viviendo con artritis

Aunque vivir con artritis no es fácil, hay ciertas conductas que puedes llevar a cabo para poder realizar tus actividades diarias con más comodidad.

  • Mantén una buena postura para reducir el estrés en las articulaciones vulnerables.
  • Usa una silla con soporte adecuado para la espalda y siéntate correctamente.
  • Evita el estrés y el peso en las articulaciones. Por ejemplo, al levantarte apoya el peso de tu cuerpo en las dos piernas. Trata de distribuir el peso de cualquier objeto que cargues entre varias articulaciones.
  • Cambia de posición, estírate y relaja tus músculos para prevenir el dolor y el entumecimiento.
  • No trates de hacer más de lo que puedes, así tendrás más energía y menos fatiga distribuyendo el trabajo por partes.
  • Mantén en un lugar cómodo las cosas que usas con más frecuencia.
  • Toma descansos, pero también da una corta caminata cada hora.
  • No descuides tu físico, mantente fuerte y flexible y trata de hacer tus tareas diarias hasta donde lo permita tu cuerpo.
  • Habla abiertamente sobre tu condición. De esta manera la gente entenderá cómo te sientes y cómo ayudarte cuando tengas recaídas.
  • Duerma una media de 8-10 horas por la noche. Si es posible, realice una siesta de 30 minutos. Durante el reposo hay que mantener una postura adecuada. Es preciso evitar mantener las articulaciones dobladas. No deben ponerse almohadas debajo de las rodillas. Hay que procurar mantener las piernas y los brazos estirados. Es recomendable poner una tabla o un somier rígido bajo el colchón y utilizar una almohada baja.
  • Realizar un baño de agua caliente al empezar el día, que contribuirá a disminuir la rigidez o el agarrotamiento articular matutino.
  • En el trabajo doméstico hay que evitar hacer fuerza con las manos. No es bueno retorcer la ropa, abrir tapaderas con rosca, presionar con fuerza mangos de cubiertos o fregona.
  • Tanto en el ámbito laboral como en el personal, evitar en lo posible actividades que precisen un gran esfuerzo físico o que generen estrés, obliguen a estar mucho tiempo de pie, o precisen movimientos repetitivos, sobre todo con las manos.
  • Durante la jornada laboral mantener una posición recta en el asiento y evitar permanecer con el cuello o la espalda doblados durante periodos prolongados.
  • El uso de un calzado adecuado es fundamental. Conviene un calzado elástico pero firme. Es mejor evitar los calzados de plástico o material sintético. Hay que consultar con el reumatólogo la conveniencia de utilizar alguna plantilla.
  • No hay ninguna dieta que modifique para nada el curso de la AR, aunque una buena dieta puede ayudar a aliviar los dolores y la inflamación. Es evidente que la obesidad supone una carga adicional para las articulaciones de las caderas, de las rodillas y de los pies. Por este motivo es recomendable evitar el sobrepeso.
  • En los periodos de poca inflamación es muy recomendable practicar algún ejercicio físico de forma habitual y sin cansarse, así como nadar o pasear.
  • Relajación: Un cuerpo relajado implica que los músculos están relajados, aliviando parte del dolor asociado a la enfermedad.

Los ejercicios, si se hacen correctamente, pueden ayudar a disminuir los síntomas de la AR:

  • evitan la rigidez de las articulaciones.
  • mantienen fuertes los músculos que rodean las articulaciones.
  • mejoran la flexibilidad de la articulación.
  • reducen la hinchazón.
  • reducen el dolor.
  • mantienen fuertes y sanos los huesos y los cartílagos.
  • mejoran la alineación articular.
  • mejoran el estado físico general.

Solicite a su médico un programa de ejercicios que puedas realizar en tu vida diaria.

Cuidado de las Articulaciones

El reumatólogo definirá unas normas prácticas en función del grado de afectación de las articulaciones y de su localización, pero los que siguen pueden figurar como consejos de aplicación general:

  • Las articulaciones no deben permanecer de forma prolongada en una posición forzada, es decir, flexionadas. Se recomienda mantenerlas estiradas y en reposo.
  • Tampoco conviene someter a una articulación a una posición determinada (aunque sea en reposo) durante mucho tiempo. Por ello es conveniente cambiar de posición periódicamente sin forzar la postura.
  • A la hora de mover las articulaciones, el dolor indicará hasta dónde puede llegar. Si algún movimiento provoca dolor, hay que dejar de hacerlo inmediatamente. Forzar la articulación inflamada con movimientos repentinos, no conlleva ningún beneficio, más bien lo contrario.
  • Si hay movimientos que necesita realizar pero resultan dolorosos, puede liberar de esta carga a las articulaciones ayudándose de ciertos dispositivos que están disponibles en farmacias, ortopedias o tiendas especializadas.
  • Aplicar masajes suaves en los músculos que rodean las articulaciones mejora la circulación en la zona, aliviando la sensación de hormigueo o entumecimiento.
  • Al aplicar calor en las articulaciones algunos pacientes encuentran alivio en la sensación de agarrotamiento y rigidez.

Información obtenida de ABBOTT Inmunología

CALZADO Y ROPA

Es importante usar un zapato adecuado. Debe de ser elástico pero firme. Es mejor no usar zapatos de plástico o material sintético. Es bueno que el talón esté sujeto, por lo que se recomienda zapatos tipo botín con un refuerzo posterior. la puntera debe ser ancha, y el empeine alto para que no se produzcan rozaduras en los dedos. Hay que consultar con el reumatólogo la conveniencia de usar plantillas. Se pueden usar zapatos ortopédicos a medida cuando se produzcan rozaduras o dolor con el zapato normal. Los cierres mejor si son de velcro.

La vestimenta debe de ser cómoda, ligera y fácil de poner y quitar. Los botones pequeños pueden ser difíciles de abrochar: los cierres de velcro son más manejables.

amigo/a de tu cuerpo

La artritis puede dificultar prácticamente cualquiera de tus actividades y movimientos. Sin embargo, usando sabiamente los músculos y las articulaciones afectadas, puedes ayudarlo a llevar una vida más confortable. Recuerda que tu médico o terapeuta son buenas fuentes de información para obtener consejos prácticos sobre cómo afrontar esta condición.

Si en tu vida diaria sientes la necesidad de alguna adaptación para hacer más cómodas las tareas, busque los consejos de un terapeuta ocupacional o de una asistente social.

También puedes encontrar información sobre ayudas técnicas para mejorar el desempeño de las actividades de la vida diaria en el CEAPAT - Centro Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas - vinculado al IMSERSO. La dirección de Madrid es C/ los Extremeños nº 1 28038 Madrid. Teléfono 91 778 90 61, FAX: 91 778 41 17 o a través de Internet http://www.ceapat.org.

Ejemplos de ayudas para la vida diaria

- Ayudas para caminar: Se recomienda el uso de bastón o muleta para descargar la pierna que esté afectada y que dificulte la marcha. Además de ayudar a caminar mejor evitan caídas que pueden fracturar los huesos debilitados por la AR. Hay bastones especiales con una plataforma horizontal acanalada para el antebrazo de modo que se descarga el peso en el codo y el hombro en lugar de la muñeca.

- Ayudas para el vestido: Velcro para sustituir botones y cierres. Cierres elásticos en los zapatos. Calzadores con mango largo. Sacador de medias.

- Ayudas para el aseo: Escalones de baño que facilitan la entrada y salida del baño. Sillas o tarimas de baño. Aparatos de aseo con mangos largos (esponjas, cepillos). Suplementos para subir la altura del retrete y así poder sentarse y levantarse más fácilmente. Barandillas y asideros para agarrarse en la ducha.

- Ayudas para las tareas domésticas: Cepillos y escobas con mangos largos. Llaves con mangos largos. Varillas extensibles para aumentar el alcance. Carretillas para transportar diferentes objetos. Tijeras y tenazas con mango largo. Enchufes eléctricos con empuñadura. Fregonas, cubiertos con mangos anchos que permitan un mejor agarre.

(obtenido de la LIRE)

Controlando su dolor

- Cómo Entender Su Dolor Enfrentarse con el dolor puede ser el aspecto más difícil de la artritis o de una dolencia relacionada, pero usted puede aprender a controlar el dolor y el efecto de éste sobre su vida. El primer paso consiste en averiguar qué tipo de artritis o dolencia tiene Ud., ya que eso lo ayudará a determinar el tipo de tratamiento. Sin embargo, antes de aprender técnicas de control, es importante entender algunos conceptos generales acerca del dolor.

- Causas Del Dolor

El dolor de la artritis está causado por varios factores, tales como:

  • inflamación, el proceso que causa enrojecimiento y tumefacción hinchazón de una parte del cuerpo en sus articulaciones;
  • lesión de los tejidos articulares, que se produce por el proceso de la enfermedad, o por la tensión, daño o presión sobre las articulaciones;
  • fatiga, que se produce por el proceso de la enfermedad y que puede hacer que su dolor parezca peor o más difícil de controlar.

Junto con cambios físicos, tal como dificultad de movimiento, las fluctuaciones emocionales de la artritis también se pueden añadir a su dolor. Si usted se siente deprimido o estresado porque su capacidad de movimiento está limitada o porque ya no puede realizar alguna actividad que le gusta, el dolor puede parecerle peor de lo que es en realidad. Usted puede quedar atrapado en un ciclo de dolor, pérdida o limitación de sus aptitudes, estrés y presión.

- Cómo controlar su dolor

Pensar en el dolor como en una señal que tiene una acción positiva, en vez de como en una experiencia penosa que usted tiene que soportar, puede ayudarlo a aprender a controlar su dolor. Es aconsejable que emprenda alguna acción positiva para contrarrestar el dolor.

- Tome Las Riendas

Su mente juega un papel importante en la forma en que usted siente el dolor y responde a la enfermedad. Algunas personas con artritis pueden sentirse desvalidas y deprimidas. Junto con estos sentimientos disminuye la actividad, baja la autoestima y aumenta el dolor. Utilice los siguientes consejos para crear una sensación de control personal por medio de la adaptación de sus pensamientos y acciones. Mantenga una actitud positiva. La artritis limita algunas de las cosas que usted puede hacer, pero no tiene por qué controlar su vida. Una manera de reducir su dolor es centrar su vida en torno al bienestar y no en torno al dolor o a la enfermedad. Esto implica mantener pensamientos positivos, tener sentido del humor, comer una dieta balanceada, hacer ejercicio habitualmente y disfrutar de actividades con sus amigos y familia. También implica seguir su plan terapéutico, tomar la medicación adecuadamente y practicar relajación.

No se centre en el dolor. El tiempo que usted dedica a pensar en el dolor está directamente relacionado a la incomodidad que siente. Las personas que están inmersas en su dolor tienden a sentirlo con más intensidad que aquellas que no lo están. Una manera de alejar su mente del dolor es centrarse en alguna otra cosa.

Todos tenemos la capacidad de distraernos del dolor. Cuanto más se ocupe en algo externo a su cuerpo, como por ejemplo una afición u otra actividad, menos pendiente estará de su molestia física. Si usted no puede evitar pensar en el dolor, trate de pensar en él de una manera diferente. Piense en el dolor como en un mensaje de su cuerpo para cambiar algo.

Mantenga una autoestima positiva. Lo que nos decimos a nosotros mismos a menudo determina lo que hacemos y la forma en que enfrentamos la vida. Por ejemplo, usted puede volver a su casa del trabajo y pensar, "No tengo ganas de hacer ejercicio hoy. Hace mal tiempo y no tengo a nadie con quien caminar, y además, ya hice ejercicio dos veces esta semana". O quizás, usted enfoque la situación desde una perspectiva diferente y piense, "Hoy no tengo ganas de hacer ejercicio, pero sé que después me voy a sentir mejor y me voy a quedar dormido más fácilmente".

Estos dos ejemplos ilustran el enfoque del discurso consigo mismo y cada uno de ellos puede afectar el modo en que usted siente el dolor. Los mensajes negativos pueden conducirle a sentir más dolor, mientras que los mensajes positivos lo pueden ayudar a distraerse.

Cambiar un autodiscurso negativo por uno positivo es todo un desafío. Para hacer este cambio, siga estos tres pasos:

  • Enumere las afirmaciones negativas de su autoestima.
  • Cambie cada afirmación negativa por una positiva. Por ejemplo, "Estoy cansado y no tengo ganas de ir al grupo de apoyo, pero si no voy me puedo perder algunos buenos consejos como los que aprendí el mes pasado. Siempre puedo irme de la reunión un poquito antes."
  • Practique la autoestima positiva. Al principio le puede parecer difícil, pero rápidamente descubrirá que le puede servir de gran ayuda.

Cambie sus hábitos de dolor. Es fácil caer en el hábito de tomar más medicación o de mantener comportamientos insalubres, tal como beber alcohol, para escapar de su dolor. Si usted responde que "sí" a cualquiera de las preguntas a continuación, debería pensar en nuevas maneras de controlar su dolor.

  • ¿Termina los frascos de medicamentos más rápidamente de lo habitual?
  • ¿Pasa mucho tiempo en cama, aparte del tiempo habitual para dormir?
  • ¿Bebe alcohol para aliviar su dolor?
  • ¿Habla sobre el dolor o la artritis durante gran parte del tiempo?

El cambio de hábitos para controlar el dolor lo ayudará a sentirse mejor. Una manera de realizar este cambio es haciendo algo positivo para sustituir el hábito antiguo. Refuerce su cambio de conducta gratificándose a sí mismo cada vez que haga algo positivo; quizás pasando algún tiempo extra en alguna actividad relajante o tomándose 10 minutos adicionales para leer el diario por la mañana. Hable de estos hábitos con su médico, enfermera o profesional de la salud especializado en el control del dolor. Pida información sobre otras maneras de controlar su dolor.

Elabore un plan de control del dolor. Cree un cuadro con sus propios métodos de control del dolor, para ayudarlo a descubrir aquellos que mejor funcionan para usted.

Extraído de Arthritis Foundation

para pacientes reumáticos en verano

En el verano son frecuentes los viajes, por ello, es aconsejable para quienes padecen una enfermedad crónica, como son las enfermedades autoinmunes, tener en cuenta consejos y recomendaciones importantes y así disfrutar mejor de las merecidas vacaciones. Los consejos han sido lanzados y redactados desde la Sociedad Española de Reumatología (SER).

Podéis encontrarlos de forma detallada en el siguiente enlace: de Inforeuma de la Sociedad Española de Reumatología (SER)

También desde la Sociedad Española de Reumatología (SER) se nos quiere advertir que "El sol puede ser muy perjudicial en los pacientes con enfermedades reumáticas" y recomienda:

  • Uso de sombrero o gorra.
  • Uso de gafas de sol.
  • Si estás al aire libre, uso de camisetas frescas que protejan extremidades superiores y zona de escote.
  • Uso de crema solar con protección 50+ en áreas expuestas. Esta se deberá aplicar, al menos, cada dos horas y es importante no olvidarse de la zona de cuello y orejas.
  • Abundante consumo de líquidos, preferiblemente agua libre de azúcar.
  • Regular el consumo de alcohol.
  • Aumentar el consumo de frutas con abundante contenido en agua.
  • Limitar el tiempo de exposición y evitar las horas con mayor incidencia de rayos solares.
  • Evitar las cámaras de bronceado.
  • Consultar con su reumatólogo si alguno de los fármacos que está tomando puede tener efectos adversos, como lesiones en la piel, al verse influido por la exposición solar.