Si necesita más información
sobre los recursos disponibles para facilitar la
vida diaria, se puede consultar la "Guía
de Terapia Ocupacional para Personas con Artritis
Reumatoide - 50 actividades de la vida diaria"
editada por la Asociación Madrileña
de Personas con Artritis Reumatoide - AMAPAR. Para
obtener esta guía (en papel) basta con solicitarla
en la página web de AMAPAR. Puede acceder a su página
pulsando en la imagen abajo.
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Consideraciones preliminares
La terapia ocupacional ocupa
un lugar imprescindible como parte del equipo multidisciplinario
encargado del tratamiento del paciente con artritis.
Este equipo está formado por el médico
reumatólogo, el cirujano ortopédico,
el fisioterapeuta, el terapeuta ocupacional, la
enfermera y el asistente social.
La terapia ocupacional tiene
por objetivo estudiar la ocupación humana
en las áreas de autocuidado, productividad
y ocio, así como los componentes y las conductas
necesarias que para la ejecución de estas
funciones requiere, teniéndose en consideración
las limitaciones impuestas por la AR.
- área de autocuidado:
comprende las actividades necesarias para la
resolución de las necesidades vitales
del individuo tales como la higiene, el vestido,
la alimentación, la comunicación
y la movilidad.
- área de la
productividad: área para la que
el individuo realiza una serie de actividades
dirigidas a proveerse de bienes y servicios,
con el fin de que él u otros lo utilicen
o puedan obtener de ellos algún beneficio.
- área de esparcimiento
u ocio: engloba todas las actividades
que el individuo realiza para su esparcimiento
y regocijo personal.
Objetivos
del tratamiento
Los objetivos del tratamiento
de la terapia ocupacional son los siguientes:
- Mantener la capacidad
funcional corrigiendo o minimizando las
alteraciones producidas en una primera fase
por el dolor y la inmovilidad, y en una segunda
fase por las alteraciones articulares sufridas
(luxaciones, rigidez) y las deformidades propias
de la enfermedad.
- Corregir o prevenir
el desarrollo o progresión de las deformidades
de la mano tales como la desviación
del carpo, las deformidades de las articulaciones
metacarpofalángicas e interfalángicas,
y la deformidad propia de los dedos (como pueden
ser "en cuello de cisne", "dedo
en martillo", "pulgar en zeta, etc.).
- Conseguir del paciente
una concienciación sobre la protección
articular, modificando los patrones funcionales
que puedan exacerbar los síntomas y provocar
un mayor deterioro articular.
- Paliar la discapacidad
en los casos en que la funcionalidad sea difícil
de conservar, se ofrecen al paciente ayudas
pertinentes o las alternativas (ayudas técnicas)
adecuadas para la realización de las
actividades de autocuidado.
Valoración
Para poder establecer unos objetivos
terapéuticos asumibles por el paciente, el
equipo realizará una valoración integral
(física, funcional y psicológica)
que tenga en cuenta sus intereses, necesidades y
capacidades.
Entre los datos que se valorarán
podemos citar:
- Estado de la piel
(si existen o no nódulos, atrofia,
edema, signos de tumefacción, cicatrices,
etc.).
- Problemas o déficit
articulares:
- Alteraciones (crepitación, inflamación,
deformidad, limitación, etc.)
- Alteraciones tendinosas (integridad o no del
tendón)
- Recorrido articular, así como la aparición
o no de dolor o fatiga en algún punto
del recorrido; estabilidad y movilidad.
- Déficit neurológicos
y musculares:
- trastornos sensitivos (presencia de polineuropatías
o compresiones nerviosas)
- Pérdida o disminución de la
fuerza muscular
- Destreza manual
- Deformidades
(si las hay) (se valorará la necesidad
de uso de ortesis - férulas; en caso
de estar ya colocadas, se comprobará
si son o no correctas)
- Función de
la mano:
- Funciones prensiles, pellizco, presión.
- Funciones no prensiles (las que utiliza la
mano estáticamente)
- Valoración
funcional de la mano:
- Si participa en las actividades cotidianas
de una manera independiente
- Si necesita ayuda técnica para ello
- Función de
las extremidades superiores en cuanto a auxiliares
de la función de la mano (deterioro
de la movilidad articular de la extremidad superior
hombro, codo, etc. - así como el levantamiento
de objetos.
- Nivel de dependencia
o independencia en las actividades de autocuidado:
- Alteraciones funcionales en las actividades
básicas de la vida diaria (ABVD) y en
las instrumentales
- Dificultad o facilidad con que realiza las
diferentes tareas, si utiliza ayudas técnicas
o no, y en caso afirmativo, cuáles
- Nivel de dependencia
o independencia en las actividades de ocio:
- Qué tiempo dedica a ellas
- Cuáles son y qué necesidades
motrices requieren
- También se valorará si aparece
(y cuándo) dolor asociado a la realización
de las diferentes actividades, y si hay posibilidad
potencial de deformidad por la realización
de ciertas actividades.
- Interacciones sociales
(es decir, los problemas o vivencias que sufre
el paciente tanto en el ámbito familiar
como profesional y social)
- Estado de ánimo
y motivaciones que presenta.
TRATAMIENTO
El tratamiento de terapia ocupacional
se basa en cuatro objetivos:
- Prevención de la inflamación
y el dolor, y la prevención o corrección
de la deformidad mediante la aplicación
de las distintas ortesis o férulas indicadas
en cada estadio.
- Elección de una actividad gestual
que nos ayude a mantener o incrementar la movilidad
articular, la destreza y la fuerza
- Educación del paciente en lo relativo
a la protección articular y a la conservación
de energía
- Diseño y realización de adaptaciones,
prescripción de las diferentes ayudas
técnicas, y enseñanza en su uso
y aplicación.
Veamos a seguir las diferentes
técnicas que pueden ser aplicadas en las
diferentes etapas en las que el paciente se encuentre.
FASES DEL TRATAMIENTO
E INTERVENCIÓN DEL TERAPEUTA OCUPACIONAL
Etapa inflamatoria
En esta etapa inflamatoria, las
técnicas empleadas por el terapeuta ocupacional
serán esencialmente de reposo articular y
de prevención de las deformidades.
Instrucción
del paciente. Se instruirá al paciente
para conseguir una postura correcta tanto en el
descanso en cama como en la sedestación (estar
sentado) y en las distintas actividades que en estas
posiciones realice. Por ejemplo, para leer en la
cama se puede recomendar la utilización de
gafas prismáticas que permiten leer sin doblar
la columna cervical, y en la silla se puede recomendar
la utilización de un atril apropiado para
no forzar la columna cervical y evitar el tener
que sujetar el libro con las manos. Asimismo, se
podrá facilitar diferentes tipos de adaptaciones
para la realización de actividades como la
alimentación y la higiene con engrosadores,
adaptaciones para las medias o los zapatos, etc.
Reposo
articular. El terapeuta ocupacional empleará
técnicas para evitar actitudes viciosas y/o
antiálgicas mediante la aplicación
de férulas de inmovilización global
de muñeca y mano en posición funcional.
Su uso nocturno ayuda a disminuir el edema (inflamación),
los dolores nocturnos, y las posturas viciosas o
de desviación articular.
Si el paciente ha de utilizar
férulas diurnas, éstas deben permitir
la movilidad de la mano, aunque limitando la articulación
dolorosa.
Etapa no inflamatoria
Los objetivos del tratamiento
de terapia ocupacional en esta etapa tenderán
a:
- Evitar la estructuración de la deformidad
mediante la utilización de férulas.
- Mantener el equilibrio articular y muscular
mediante la realización de actividades
que no produzcan sobrecarga articular.
- Proteger los elementos articulares mediante
la enseñanza al paciente de una educación
gestual y de economía articular.
Tratamiento ortésico
- Ortesis de estabilización de muñeca
y pulgar
- Ortesis de corrección
Tratamiento funcional
El siguiente objetivo es el de
mantener el equilibrio articular y muscular a través
de la elección y ejecución de una
actividad.
Este objetivo se llevará
a cabo mediante actividades de taller, que pueden
ser muy variadas y se seleccionarán en función
de la articulación o movimiento a trabajar,
las preferencias del paciente y sus habilidades
y cualidades. Estas actividades aportan un elemento
psicológico favorable que ayuda a la adaptación
y reinserción del paciente a la vida cotidiana.
En este periodo, es necesario
una educación del paciente en el cuidado
de sus articulaciones y en el buen uso que de ellas
ha de hacer con el objetivo de protegerlas.
Educación gestual
Representa la base del trabajo
del terapeuta ocupacional en el paciente con artritis,
y se fundamenta en comunicar al paciente las nociones
básicas sobre cómo funcionan las articulaciones
y cómo cuidarlas.
Se hará un balance de
las actividades, así como una aproximación
al entorno familiar y social, mediante la elección
de diferentes utensilios de trabajo en función
de su ligereza y su simplicidad de utilización.
Se estudiará el entorno del paciente, aportando
a cada caso las soluciones prácticas que
permitan en el lugar de trabajo una mejor ergonomía
(organización de espacios, altura de los
planos de trabajo, sillas adecuadas, etc.).
Economía articular
El terapeuta ocupacional establecerá
con el paciente un programa de economía articular,
basándose en los principios de identificación
por parte del paciente de su propia problemática,
enseñanza de la importancia del reposo y
la posición, así como de la protección
de la función articular, y de los principios
sobre la conservación de energía,
y selección y elaboración de alternativas.
El terapeuta ocupacional valorará
los aspectos siguientes:
- ABVD e instrumentales, en las que valorará
las consecuencias y repercusiones de la enfermedad
sobre su autonomía, comodidad y bienestar,
la posibilidad o no de la realización
del movimiento necesario y la inocuidad o no
de determinados movimientos para sus articulaciones.
- Estudio del puesto de trabajo (si es adecuado,
posiciones en las que trabaja, herramientas
que utiliza, condiciones medioambientales, etc.)
- Accesibilidad a los medios de transporte,
públicos o privados.
- Estudio de las actividades recreativas.
Para ello procederá a:
- Identificar
y seleccionar los movimientos o aptitudes desfavorables
o perjudiciales que se realizan en las actividades
cotidianas, y las causas que los originan.
- Colocar al
paciente en la posición más adecuada
para la práctica de dichas actividades.
- Potenciar y desarrollar
las habilidades con la repetición
de su realización.
Los principios que se tendrán
en cuenta son los siguientes:
- Evitar las
actividades que produzcan fatiga y dolor (secarse
el pelo, ponerse los calcetines si hay dolor
en la cadera, etc.)
- Favorecer el
uso de adaptaciones con mangos largos.
- Evitar el mantenimiento
de posiciones estáticas que favorezcan
la fatiga (permanecer de pie durante la realización
de las tareas domésticas o personales)
o que sobrecarguen las articulaciones
- Favorecer el
uso de elevadores o asientos altos
- Evitar los
movimientos en la dirección de la deformidad
(abrir grifos convencionales o pomos de puertas,
escurrir bayetas, etc.), así como las
actividades que para su realización necesiten
de una presión prolongada y fuerte (sujetar
un libro)
- Favorecer el
uso de electrodomésticos que realicen
la función o, en el caso de la bayeta,
presionarla hacia abajo
- Evitar actividades
que requieran la utilización forzada
de las manos.
- Favorecer el
uso de las articulaciones proximales más
que las distales (transportar platos con las
manos, levantar recipientes pesados.
- Evitar ejercer
presión sobre una o varias articulaciones
(al encender, cortar, comer, pelar, etc.)
- Favorecer el
uso de toda la mano en lugar de usar un único
dedo para presionar.
- Evitar actividades
que requieran torsión (escurrir, exprimir,
etc.)
- Evitar movimientos
que impliquen flexión de columna y elevación
de pesos durante las actividades cotidianas
- Favorecer la
utilización de calzadores largos
- Evitar el inicio
de una actividad si no va a poder ser interrumpida
antes de que aparezcan signos de fatiga o si
va más allá de las posibilidades
o capacidades de la persona.
Reeducación
después de la intervención
quirúrgica
En esta fase, el terapeuta ocupacional
permitirá la realización de actividades
en las que la utilización alternativa de
la flexoextensión esté presente, con
sesiones de duración progresiva. Los trabajos
de fuerza serán introducidos más tarde,
y en algunos casos será necesaria la utilización
de férulas activas o dinámicas.
Reeducación al
margen de la cirugía
Algunos pacientes, a pesar de
presentar importantes deformidades en las extremidades
superiores, y sobre todo en las manos, no son tributarios
de cirugía. En estos casos habrá que
dotar al paciente de todos los medios de readaptación
que le sean necesarios, tanto en las fases iniciales
(con fines preventivos) como en fases más
crónicas (con fines paliativos);esto se hará
a través de diferentes ayudas técnicas.
Los objetivos de la utilización
de estas adaptaciones son posibilitar la independencia
física, y reforzar y ampliar la independencia
psicológica.
Para ello se deberá tener
en cuenta:
- Adaptar las ayudas de forma personalizada
siempre que sea posible
- Entrenar al paciente en la utilización
de cualquier tipo de ayuda que se prescriba
- Tener como premisa que la mejor ayuda es
la menos sofisticada.
Los tipos de ayuda más
utilizados por el paciente con artritis son los
siguientes:
- Ayudas a la marcha.
Su objetivo es prevenir la deformidad y el dolor.
Entre ellas podemos encontrar:
- Zapatos ortopédicos
- Distintos tipos de empuñadura para
bastones
- Caminadores, etc.
- Ayudas para la manipulación.
Tienen como objetivo ayudar a la manipulación,
sustituyendo instrumentos inadecuados por otros
que sí lo sean, como por ejemplo:
- Engrosadores de diferentes tamaños
- Tijeras adaptadas
- empuñaduras para las puertas, llaves,
etc.
- Ayudas para las ABVD.
Su objetivo es facilitar la independencia, y
evitar la fatiga y el dolor. Para ello se cuenta
con:
- Adaptadores de medias o calcetines
- Calzadores largos
- Peines de mango largo
- Asientos de baño y ducha
- Elevadores del váter
- Barras de sujeción, etc.
- En la cama.
Para facilitar tanto el decúbito como
la entrada y salida de la misma:
- Colchones duros
- Elevadores de patas, etc.
- Ayudas para la comida.
El objetivo es facilitar la utilización
de los cubiertos, adaptándolos o sustituyéndolos.
- Ayudas facilitadoras
varias:
- Tijeras especiales
- Pinzas para tender la ropa adaptadas, etc.
- Adaptaciones
que nos procuren un buen brazo de palanca
que facilite la prensión (sujeción)
y que multiplique la fuerza